La gran mayoría de previas realizadas durante la semana del partido apuntaban a la igualdad de Baskonia y Darussafaka Dogus en sus aspiraciones dentro de la actual Euroliga, y hoy llegaba el tan ansiado enfrentamiento entre el quinto y séptimo clasificados en el Fernando Buesa Arena.

De este modo, comenzaba el primer cuarto con ambos conjuntos sin carburar del todo; sobre todo en el aspecto ofensivo. Pero de entre los primeros fallos iba surgiendo, sin prisas, pero sin pausa, el juego coral vitoriano. Y, con el liderazgo de Shane Larkin, el parcial inicial del partido se decantaba favorablemente hacia su equipo: 8-2 con casi 5 minutos jugados, merced a una defensa agresiva y a una circulación que, sin ser espléndida, daba sus frutos.
Un tiempo de David Blatt activaba a los turcos, y estos lograban endosar un parcial de 0-7 en los dos siguientes minutos, el cual hacía presagiar un partido más igualado de lo que parecía en primera instancia. Craso error. Baskonia, con los ingredientes de los instantes previos, comenzó a cocinar el caldo de cultivo de lo que se vería el resto del partido. Gracias al control del rebote, la agresividad y la energía de Hanga, logró completar otro parcial (10-2), posibilitando el resultado final del período: 18-9.

Y esto no hizo más que seguir así: los hombres de Sito Alonso se esmeraban muchísimo atrás y, a pesar del desacierto exterior, controlaban aquellos aspectos más importantes del juego, logrando cortocircuitar la ofensiva visitante, que no daba pie con bola. De hecho, una prueba clara de ello es que los segundos diez minutos daban comienzo con una pérdida de Darussafaka y, poco después, veíamos un matazo de Hanga por el carril central. Puro derroche de intensidad baskonista.
La disparidad de sensaciones entre ambos equipos era sonrojante (prueba de ello es la valoración al descanso: 52-1), y la diferencia iba creciendo paulatinamente a lo largo de estos instantes, gracias a pequeños parciales vitorianos que contestaban cada canasta rival: 20-9; 25-11; 31-16; y, para terminar, el 37-19 que marcaba el final del período. Como se ha apuntado, la cantidad de rebotes de cada equipo era muy diferente, favoreciendo este aspecto a los alaveses: 26-18 (20-10 en rebotes defensivos); y Voigtmann dio un clínic durante tales momentos (10 puntos y 4 rebotes antes del tercer cuarto).
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En la segunda parte las cosas no cambiaron en absoluto: Larkin y Hanga hacían las delicias de los aficionados con sus acciones individuales, y mención especial merece Ilimane Diop. Durante muchos minutos fue el baluarte defensivo sobre el que se apoyó la plantilla, logrando colocar 4 gorros (algunos de ellos tremendos).
En general, a partir del segundo cuarto el partido fue un «toma y daca» constante (con «tomas» baskonistas más grandes que «dacas» turcos), en el que las diferencias llegaron a rozar los 30 puntos y Blatt se afanaba en buscar soluciones con éxito. A su plantilla no le salía absolutamente nada, y su defensa interior era un coladero. Como anécdota que muestra el nivel que tuvo el Baskonia atrás, los turcos iban a casi un punto por minuto durante los primeros 30: 55-33.

El período definitivo solamente sirvió para que la diferencia no fuera a más, y también para que los vitorianos pudieran dejar alguna que otra perla en forma de jugada espectacular (a destacar el alley-oop final entre Luz y Kim Tillie). Al final: 73-52. De los visitantes, solo Anderson sobrepasó la decena de puntos (11 tantos); mientras que Wilbekin fue el único en llegar a los 10 de valoración, merced a 8 puntos y 3 asistencias. Wanamaker, por su parte, completó un encuentro para olvidar (-10 de valoración, con porcentajes realmente horribles: 0/11 en TC).
Si observamos con más detalle la estadística, no es más que el fiel reflejo del total de acierto sumado por sus compañeros, que terminó en menos del 30% en TC y del 40% en TL, los cuales contrastaban con el de Baskonia, que, sin ser muy alto, logró un 54% en TC y 80% en TL. Y todo ello gracias a los más de diez puntos de Larkin (14), Beaubois (12), Shengelia (11) y Voigtmann (10); por no hablar de los 9 puntos, 8 rebotes y 17 de valoración de Hanga, el mejor del partido. El rebote final, escalofriante: 47-28, con Tillie capturando hasta 9 rechaces.

Sin duda, las sensaciones dejadas por Baskonia son muy buenas, a pesar de que Darussafaka hizo, posiblemente, su peor partido de la actual campaña. No obstante, no es la primera vez que los vitorianos desarbolan a un conjunto que venía con la vitola de equipo a batir (sino, recordemos la abultada derrota de Fenerbahçe en tierras vascas). Y todo ello les permite terminar la jornada, de nuevo, como quintos (pero con mejor basket-average y diferencia con otros rivales); mientras que Darussafaka acumula su cuarta derrota consecutiva y se cae de los puestos de playoff.
La rueda de prensa tras el partido:
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Las estadísticas del encuentro:

